EL SUR RURAL

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EL SUR RURAL


Por difícil que parezca, la ciudad como tal, ocupa sólo la parte centro y norte del Distrito Federal. A una ciudad tan grande no podía faltar su espacio rústico y de los casi 1500 kilómetros cuadrados del Distrito Federal, al menos una tercera parte son áreas rurales, abarcando la parte sur de la ciudad en las delegaciones Cuajimalpa, Magdalena Contreras, Tlalpan, Iztapalapa, Xochimilco, Tláhuac y Milpa Alta. En estas zonas campestres podemos encontrar lo que en otros rumbos rurales del país: terrenos de cultivo, zonas de pastoreo, áreas de montañas y bosque, barrios y poblados o simplemente montes adornados aquí y allá de pequeñas casas, zonas de cultivo, arroyos y caminos. Son espacios de distracción y quietud para una gran urbe que bien vale la pena visitar y pasar un fin de semana alejado del ruido citadino. En la zona suroeste del Distrito Federal hay cuatro viejos parques nacionales: el Desierto de los Leones, Los Dinamos de Contreras, el Ajusco y –compartida con el Estado de México- La Marquesa. En ellos podemos encontrar un común denominador: tupidos bosques de pinos, encino o coníferas, arroyos que circula sobre cerros que alcanzan los 3,000 msnm, llenos de flora y fauna. Pero, cada uno de ellos, guarda rasgos distintivos que brindan amplias posibilidades a sus visitantes.

DESIERTO DE LOS LEONES El Desierto de los Leones (al sur poniente de la ciudad) es una zona boscosa de esparcimiento y recreación para quien desea estar en contacto con la naturaleza. Se encuentra a quince minutos de la ciudad de México, con sus cerros, barrancas y manantiales abastecen de agua a la zona poniente de la capital de México.Conserva el bellísimo convento que los carmelitas descalzos edificaron ahí hace casi 400 años. En el año de 1917 el presidente Venustiano Carranza lo declaro como parque nacional. Su flora la constituyen principalmente pinos, oyameles y encinos. El clima es generalmente frío debido a la altura del parque.La visita al ex convento es casi obligada; fue construido por los frailes carmelitas bajo la orden de fray Andrés de San Miguel entre 1606 y 1611, Como dato curioso con relación al nombre de Desierto de los Leones, debemos recordar que las órdenes religiosas, como la que se asentó aquí, tenían como finalidad la vida en comunidad, obediencia, meditación y pobreza, por lo que se apartaban del ruido de la ciudad; por ser éste un lugar desierto, fue seleccionado por los monjes para levantar ahí su convento, de ahí el apelativo de desierto. Y con relación a la palabra Leones, su origen aún no se conoce.Fuera del convento y en su alrededor encontramos restaurantes y puestos de comida que ofrecen deliciosas y sencillas especialidades, tiendas de artesanías, estacionamientos, áreas para comer al aire libre con merenderos y asadores.

Los Dinamos de Contreras (sur poniente) ofrece sus zonas arboladas para un día de campo, un pequeño chapuzón en sus arroyos, puestos de comida típica acompañada del clásico pulque blanco o curado de fruta –bebida realizada de pulque y alguna fruta e incluso verduras–; además, esta zona posee paredes idóneas para la práctica del rappel.



En el tema del ecoturismo, el Ajusco (al sur de la ciudad) tiene un proyecto divertido y exitoso: El Parque San Nicolás Totolapan. Ofrece actividades recreativas, deportivas, de esparcimiento entre el bosque, arroyos y manantiales propiedad de 336 ejidatarios. Se localiza al sur poniente de la ciudad de México, en el km 11.5 de la carretera Picacho-Ajusco en la delegación Magdalena Contreras (a 20 minutos del periférico). Si quiere saber más dirígete a http://www.parquesannicolas.com.mx/

En época invernal el Ajusco llega a cubrirse de nieve convirtiendo al paisaje en una pintura única en la ciudad, atractiva para cientos de personas que lo visitan para divertirse con la nieve.

La Marquesa (compartida con el Estado de México al sur este de la ciudad) alberga espacios grandes para paseos en caballo y cuatrimotos, bosque tupido para días de campo y lugares en donde comer platillos típicos, siendo así un lugar muy concurrido los fines de semana y días de descanso para los capitalinos.

Xochimilco y Tláhuac son un mundo aparte, ya que albergan decenas de canales – unos dedicados al paseo, otros más escondidos – que nos muestran los inigualables paisajes que son un deleite a la vista y la imaginación.


Milpa Alta (al sur este de la ciudad) cuenta con campos extensos del típico paisaje mexicano: zonas semiáridas adornadas de árboles, magueyes y nopales que, según dicen, son los más sabrosos del mundo. Tome camino a estos lugares y pasee entre sus veredas a pie o en bicicleta y disfrute de los paisajes únicos del valle de México.





Fotografías y texto por Edi Ríos
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